Un reconocido sacerdote fue llamado para bendecir una nueva vivienda, pero en vez de espantar al demonio se dejó tentar por él y terminó con unas tangas den la mano.
Mucha gente manda a bendecir sus casas con un sacerdote, esperando que todo mal y demonio salga corriendo de allí. Pero escucha lo que le paso a una pareja que contrató a un cura para bendecir su nuevo hogar y terminó descubriendo un oscuro secreto sobre el religioso.
La gente que se llenó los bolsillos en la pandemia gracias a los recursos que le dio el gobierno, están metidos en un gran problema porque deberán demostrar en qué se gastaron el dinero.